Hace poco leí un libro que me llamó mucho la atención, y en parte decía:


"La línea, antes de ser, es siempre punto. Algo con ella comienza; algo con ella termina. De ahi la responsabilidad del que dibuja.


Pobre del artista que, temeroso de los deberes que supone la paternidad, la rehúya, creyendo que el arte será menos exigente. A poco que cale en sí, que advierta las dificultades que entraña no malear un trazo, descubrirá, anonadado, que quien dibuja da vida, una vida tan frágil como la suya y la de los hijos que prefirió no tener. Y no volverá a dibujar"